domingo, octubre 30, 2005
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Octubre 27, Sábado
Todavía hoy, en días resplandecientes, vienes a visitarme como ese estigma que sé que eres.
A fustigar mi cerebro con tus ideas, a romper mi armonía con tus impulsos.
Se que nunca podré fugarme de ti, demonio interior, ancestral recuerdo, gen maldito, espejo deforme, lunar oculto.
Ahora, al menos, puedo reconocer tu firma – cruel alquimia – en tus (mis) actos.
Te vigilo
II
Y ahora llegas tú. Que nunca debieras haberlo hecho. Y haces que me pregunte si mis actos me definen.
III
He visto al sol colarse por entre las copas de los árboles, acariciando mi rostro.
He visto a esa pareja en el parque darse besos como si fueran los primeros, como si fueran los últimos.
He visto a esa joven jugar con su hijo como si no existiera nadie más.
Hoy he visto maravillas y sólo tuve que abrir los ojos.